Los niños Rosin aguardaban en el colegio con su maestra y otra decena de
compañeros.
—Qué raro que nieve con tormenta eléctrica... —reflexionó la Señorita Guadalupe
Watson, docente joven y delgada que impartía las clases de geografía.
—¡Seño! —Juancito, uno de los amigos de Rocío, se puso en pie e indicaba algo. A
lo lejos, un grupo de personas estaba amontonándose. Parecían ser algunos de los
vecinos que integraban el cuerpo de bomberos voluntarios de Quiriché.
La prolongada sirena aulló tres veces. Se trataba de algún percance mayor. Tal
vez fuego causado por los rayos.
—¿Qué pasa Juan? —preguntó la maestra mientras volteaba hacia donde indicaba el
muchacho—. Mmm... son los bomberos. Esperemos que no haya ocurrido nada grave. Y
si así fue —agregó la seño—, seguro ellos se encargarán de solucionarlo.
—¡Yo quiero ser bombero cuando crezca! —puso en claro Gool, cuyos padres lo
habían nombrado así porque Gool significaba “puma” en tzóneka, el idioma de los
tehuelches. Gool se enojaba bastante cuando alguien le llamaba Nahuel, que era
la traducción mapuche. |
A causa de tontas leyes, el documento de identidad del niño mostraba el vocablo
mapuche y no Gool, porque según se habían encargado de aclarar en el juzgado:
“no pueden usarse nombres que no existan”, cuando “existir” simplemente
significaba estar escrito en una estúpida y burocrática hoja de papel.
—Pero vos tenés que jugar al fútbol —acotó Rocío con una sonrisa y la mayoría de
los presentes se rieron.
—¡Gooooooool! —gritó Juancito hasta que Gool también empezó a reir.
Allí siguieron charlando y jugando con la Señorita Guadalupe. Esa nevada, fiera
como zumbido de turbina de avión, no amainaba. Tampoco lo hacían los rayos y sus
graves y crujientes truenos.
“Toc, toc, toc” golpearon la puerta. El joven Ramón, que algo malo presentía, se
paró eléctricamente. Un señor con casco plástico, cubierto del acostumbrado
traje negro y flúo antiflama, hizo gestos llamando a la maestra, que se acercó
preocupada.
Prefieres que Romancito se acerque al
bombero y le pregunte si ha ocurrido algo con sus padres, como presentía
Prefieres que Romancito espere a que el
bombero hable con su maestra de geografía
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