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DESPUÉS DE AQUELLA TARDE (pág. 52)

Un momento. Tal vez parecían muertos. ¿Pero lo estaban?

Compartían el mismo pensamiento: “no darse por vencidos”.

—¡Que no se nos escape la vida! —rugió Román envalentonado por la crudeza de aquella circunstancia. Si es que el infortunio los cazaría, pelearían mucho antes de caer estofados y masticados por el destino.

—Busquémonos —propuso Fiorela y juntos comenzaron a rastrear bajo las maderas. Era difícil, porque no hallaban forma de moverlas. Román recordaba aquella conocida película Ghost... tal vez si se concentraba, si ponía todas sus energías en un solo movimiento, conseguiría patear físicamente algún tablón.

Probó y probó. O era mentira lo que enseñaba el film, o no estaba concentrándose suficiente.

—¿Y si miramos... metiéndonos entre las tablas? —se ingenió la mujer.

—Puede ser. ¡Probemos! —la idea entusiasmó a Román y empezaron a espiar sin respetar la frontera material de los escombros, sumergiéndose entre las tablas y fierros.

Era impresionante. Podía observarse el interior de piezas sólidas con precisión, aunque no tuviesen iluminación dentro.

—¡Por acá! —gritó Fiorela.

El cuerpo de ella tenía el muslo derecho traspasado por una varilla metálica. Vestía un pantalón tipo bombacha que ahora chorreaba de sangre.

Román había caído cerca, como intentando tomar una tortafrita del plato que le ofrecía su mujer.

—Te dije que comer tanto te iba a matar —mencionó Fiorela y ambos rieron.

Una viga pesada aprisionaba el torso de Román —de su cuerpo físico, en realidad, cuyo rostro esgrimía cierta mueca de dolor.

—¡Metámonos ya! —impulsó el hombre.

Como zambulléndose, aunque lentamente, fueron ubicándose donde estaban sus cuerpos.

Nada sucedía...

Pasaron los minutos; uno trataba de forzar la respiración, la otra de accionar sus latidos. Pero permanecían allí desfallecidos, cual si no lograsen entrar en contacto nuevamente con la realidad física de sus organismos.

Seguir allí esperando, aunque sea hasta que llegue alguien y trate de resucitarlos

Salir de los cuerpos e intentar volar lo más alto posible, para ver dónde están los chicos y quizá localizar el hospital

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