Giran la cabeza y ven a un ser erguido sobre dos piernas, con dos brazos, mucho
pelaje, pequeños ojos y protuberante nariz sobre una boca desprovista de labios
y dientes.
Asombrados le preguntan quién es y el responde:
_Yo Itavsó, tribu abéitr, mercuriano. Yo aprender su idioma leyendo mentes
suyas.
Todos están boquiabiertos. Vos preguntás por su gente y el responde indicando
con uno de sus siete dedos a las figuras pentahédricas. De repente, otro
mercuriano aparece y dispara contra uno de los científicos del grupo. Entonces
Itavsó le habla rauda y enérgicamente y el agresor se aleja.
Itavsó les explica algo preocupado que el individuo que disparó sufre de una
especie de paranoia, que lo lleva a cometer locuras. |
El científico herido se desangra, y no hay forma de mantenerlo con vida. Minutos
después, muere.
No les faltan ganas de creer los dichos del mercuriano, que parece amistoso.
Pero tampoco les escasea el dolor, la bronca y la desconfianza por la muerte de
vuestro compañero.
El segundo oficial a cargo se te acerca: - ¿Qué hacemos ahora? –te pregunta
reclamando acción inmediata.
Confiar en Itavsó
Abrir fuego contra los mercurianos
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