Los pelos que tapan el rostro del mercuriano no te dejan comprender la expresión
de su rostro, y decides que está mintiendo.
Automáticamente gritás -¡Fuego!
Las armas láser de los oficiales del grupo disparan. Itá muere al instante.
Emprenden entonces un ataque hacia las construcciones. Cientos de mercurianos
que se asoman desde detrás de los pentaedros van siendo eliminados por vuestros
disparos.
Pedís refuerzos por radio porque no saben el tamaño real del enemigo. Tu
comunicación se corta antes de que termines el mensaje. Una sombra y el sonido
del trote de cuadrúpedos les refresca la espalda. Volteás, y ante ustedes se
despliega un inmensísimo ejercito mercuriano, con tremendas armas de la más
avanzada tecnología.
Al ver ello, tienes intención de rendirte, pero los segundos no te alcanzan. El
ejército de los abéitr dispara y extermina de cuajo a ustedes y al resto de la
humanidad y sus naves.
Sólo un niño que había llegado a refugiarse al lado de un mercuriano herido
sobrevivió a la masacre. El ejército lo capturó y lo transportó al interior de
una de aquellas construcciones pentahédricas...
Quién sabe lo que harán con él...
FIN |