El hoyo negro se veía brilloso desde ese lado. Aunque daba ganas de visitar una
realidad diferente como la que se abría ahora ante sus ojos, revestía mayor
urgencia el regreso a la Tierra para comprobar que Ramón y Rocío estuviesen a
salvo.
¿Se podría retornar por un hoyo negro, al menos siendo espíritus...?
Con la idea fija en volver a sus antiguos pagos, Román y Fiorela se zambulleron
en el plateado orificio. |
Para sorpresa de los dos, emergieron sin demora.
Era increíble, pero estaban flotando por sobre los restos de la casa destruida
por el rayo. Nevaba. Los cadáveres físicos permanecían bajo pilas de madera.
—¡Román! —gritó la mujer.
El marido dio media vuelta y observó con asombro cómo se abría, a manera de
tornado horizontal de luz, un ancho túnel cristalino. Sus paredes rotaban
constantemente y refractaban las imágenes de alrededor, como si estuviesen
hechas de agua.
Continuar
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