Saturno es el cuerpo celeste más hermoso que conocés, sería maravilloso conocer
también su interior y quizás, llegar a fundar en él una nueva civilización. Por
todos estos motivos aterrizarán en éste, el sexto planeta del Sistema Solar.
Ahora se hallan sobrevolando los anillos. Pasándoles tan cerca dejan ver su
composición de cascotes de hielo, gases y residuos cósmicos que en conjunto,
forman los bellos colores que los caracterizan.
Han dejado atrás el último aro o anillo de crespón y se disponen a penetrar en
la atmósfera. La protección térmica de las naves, fabricada de cerámicos
refractarios especiales, se enrojece al penetrar en la primera capa gaseosa.
A una altura equivalente a la de la troposfera terrestre los primeros nubarrones
flotan como algodón. El cielo comprende tonos entre el celeste, azul y marrón
rojizo. |
Recién en este momento comienzan a percibir las formaciones y colorido de la
superficie: al Este se extiende una colosal cadena montañosa de picos que por su
aspecto, cuentan haber sufrido la erosión de la lluvia por siglos y laderas
montañosas que dejan ver enormes grietas veteadas, producto del paso de
glaciares. Así y todo, las formas recortadas y angulosas no muestran signos de
la acción erosiva del viento, lo que demostraría que la formación corresponde a
un plegamiento orogénico relativamente joven, o que los vientos brillan en
Saturno por su ausencia –cosa muy rara.
El suelo es rocoso, amarronado y verde en las orillas de lagos, semejantes a
grandes espejos tornasolados. Los desniveles del terreno forman algunos arroyos
cristalinos, saltos y cascadas de increíble magnificencia. Estas imágenes te
recuerdan a la Tierra.
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