No vacilás un momento, algo te dice que las naves son la
solución. Con gran esfuerzo logran entrenar a 1500 pilotos para
el despegue y transposición del límite atmosférico; en el espacio los expertos
darán instrucciones de lo que se deberá hacer. Ya todo está
listo para partir; las naves cargadas y ubicadas en las pistas de despegue. Por radio vos das la orden de despegar, pero el suelo comienza a resquebrajarse,
de las grietas emana lava a borbotones, las naves se hunden como si estuvieran
en el mar, desesperados gritos de auxilio te lastiman los oídos...
Con la poca fuerza que te queda, vos y 100 pilotos más logran elevar sus naves,
pero la mirada no se les desprende de la superficie... – ¡Adiós
Tierra! – gritás con dolor. Ya han salido de la exosfera.
Nuestro mundo se vuelve rojo como el fuego y una explosión impresionante acaba
con él. |
Infinidad de fragmentos planetarios bombardean durante varios
minutos a las naves que conducen. La mayor alerta de tus sentidos está activada.
Tu nave sufre cimbronazos temerarios cada vez que es golpeado el escudo de
fuerza exterior. Ahora en el lugar donde estaba la Tierra no
queda nada más que un azul vacío. Las esquirlas gigantescas se van perdiendo de
vista en todas direcciones. Tratando de olvidar lo ocurrido,
tenés ahora que pensar en el futuro. Por empezar, deben tomar un rumbo.
Tomar rumbo hacia el lado del Sol
Dirigirte hacia el lado de Plutón
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