Tenía
diecinueve años. Había ido con mi familia
a misa un domingo bien temprano, porque nos
íbamos al club.
Si mis cálculos no fallan,
ese domingo era 20 de septiembre de 1992.... el
padre Tomás presentó a un dirigente vestido de
scout: era Hugo Mendoza, a quien luego
llamaríamos Jabalí Perseverante.
Dijo que se iba a re-abrir
el Grupo Scout y que necesitaban muchachos y
chicas jóvenes para formarse como dirigentes...
Yo tenía un fuego dentro
que me tironeaba para entrar en los scouts.
Me gustaba ayudar a los demás y entrenarme para
poder hacerlo bien. Desde pibe había formado una
organización parecida, me había inscripto en
Defensa Civil, estaba hablando con gente de Cruz
Roja Argentina y todas esas cosas.
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Así que me acerqué, ni
bien terminó aquella celebración, a hablar con
el fundador del nuevo Grupo.
Jabalí me recibió
abiertamente, dijo de pasar a su "oficina" - que
eran unos ladrillos de la parecita lateral de la
iglesia, por Estomba -, charlamos un buen rato y
quedamos en encontrarnos al sábado siguiente
para iniciar la preparación.
Tocó ser el primer pibe
que se acercara para ser dirigente. Una o
dos semanas más tarde, se sumó Silvia, nuestra
primera Akela. Y después fue agregándose
más y más gente.
La parte de mayor
importancia del entrenamiento que nos dio Jabalí
fue, sábado a sábado, analizar cada artículo de
la Ley Scout.
Por esos tiempos comenzaba
nuestro querido Grupo Scout San Patricio.
Se iba abriendo el sendero que transitaríamos y
que seguimos abriendo día a día.
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