Era uno de los primeros
campeonatos de quidditch que jugábamos en el
campito, allá por el año 2000. El
quidditch es ese deporte de Harry Potter, para
el que se usan una pelota roja, dos negras y una
pequeña dorada.
Cada partido termina
cuando alguno de los buscadores halla la snitch
- la dorada -, que en nuestro caso solíamos
esconderla en algún lugar del pasto, en un árbol
o algo así.
Pero aquél partido - uno
de los del campeonato - no terminaba más.
Los buscadores se esforzaban por cada rincón del
campo y la pelotita dorada escurridiza, ni
aparecía...
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Después de un buen rato,
nos dimos cuenta que unos pibitos chicos, que
se habían acercado a ver el campeonato, nos
habían visto esconderla previo al partido y
seguramente en el inter-lapso previo, se habían
afanado la snitch. Y los pibitos ya no
estaban...
Así que frenamos el
partido, enviamos a los equipos y al público a
otro sector alejado, escondimos la snitch de
repuesto y luego el cotejo continuó.
Esta sí la encontraron...
El campeonato lo ganó la
patrulla Jaguar.
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