Deciden esperar un tiempo para comprobar si el platillo está desocupado. Avisan
a las naves de la flota sobre vuestro hallazgo. De repente, una puerta metálica
cae hacia el suelo; se escuchan unos murmullos roncos; ustedes se acercan
despacio y cuando llegan enfrente de la entrada, saltan sobre vos y tus
compañeros unas enormes bestias peludas, amorfas, con garras y ganchos, con
colmillos agudos que desgarran vuestros trajes como si fueran de papel. Los
monstruos los devoran con rapidez. |
¿Quién sabe lo que le harán a los terrícolas de las naves? ¿Quién sabe si será
éste el fin de la humanidad?
FIN |