Aunque es de acceso más difícil y se necesita escalar unos metros para llegar a él, tomarán por el túnel de la derecha.

Lanzan las sogas y trepan. Uno a uno atraviesan las abruptas rocosidades hacia el pequeño túnel. Ya en la entrada, se observa una fuerte luz. Recorren unos trescientos metros en cuatro patas, porque la altura del pasadizo no les permite enderezarse, y arriban a otro ensanchamiento. Todo el equipo queda expectante viendo un brillo incandescente cual todo el Sol frente a una lupa.

Avanzaran hacia la luz. Ya se disponen a ingresar. Vos sos el primero, te siguen dos oficiales, los científicos y algunos esteronautas.

Cuando llegan a la base de donde parecía salir la luz, pierden toda posibilidad de ver. El encandilamiento es tal, que sienten como si la claridad les fuera a penetrar el cerebro si no cerraran los ojos. La luz sigue, por lo que emprenden un trote lento para lograr alejarse algo y poder abrir los ojos.

Con dificultad lo hacen y, ante sus maravillados ojos se levanta un fuerte y más atrás, junto a un antiguo caserío, una construcción que te recuerda algo... una imagen grabada en tu mente.

De repente, al lado tuyo se oye el trote de un caballo y luego una voz que les indica: “¡Entrad rápido a vuestros hogares, que llegan Bedford y sus tropas a tierra para comenzar la batalla!”

Giras la cabeza y ves a un em... ¡Granadero!, en seguida lo recuerdas, Bedford fue un capitán inglés en las primeras invasiones, allá por el año 1806. Quieres hablarle, pero un disparo da en el pecho del soldado, quien cae y deja en tus manos su bandera, que es también la tuya, pues una banda celeste acompaña a otra blanca en su paño, que pronto se pintaría como la definitiva bandera argentina. Enaltecido, montás el tordillo y empuñando el estandarte como un sable comenzás a galopar tras un grito: ¡Viva la Patria!

Mil casacas rojas ante ti se encuentran. Vos y tus compañeros responden el fuego. Los ingleses, atemorizados por los lásers corren desesperados. De las casas les caen piedras y aceite hirviendo. Bedford ordena: “Retreat” y los invasores corren despavoridos hacia el puerto.

Por lo hecho, vos y el grupo recibieron el agradecimiento del jefe patriota Liniers y sus colaboradores. Cuatro años más tarde fueron partícipes de la Revolución de Mayo; también presenciaron la declaración de la independencia en 1816, y ahora forman parte de la antigua historia de la República Argentina, planeta Tierra.

FIN