Temés que algo malo suceda si ingresan allí. Ordenás a todos que regresen a las
naves. Plutón no es para vivir y una sensación de miedo que te invade te lleva a
dar instrucciones a tus oficiales para despegar.
No demoran en partir. Viajarán a la deriva por el interespacio. El noveno
planeta del Sistema Solar va quedando atrás...
Han viajado ya por años sin conseguir un nuevo hogar, cuando los instrumentos
captan una fuente lejana de radiación electromagnética muy intensa. Sin que lo
quieras, la velocidad de las naves aumenta y aumenta. Pareciera ser que la
fuente de radiación ha confundido a los aparatos y se ponen en marcha para
volverlos a la normalidad.
De repente, en la pantalla de proa, aparece cubierto de nube azules imbricadas
con centellantes relámpagos de luz, un quásar, estruendoso oasis de energía en
el vacío desértico espacial. Su inmensidad es tal que se observa grande a la
distancia que se encuentran.
Ingeniería te avisa que no encuentran falla en los sistemas. Están siendo
succionados dentro de un campo magnético colosal. Los motores en reversa a
máxima potencia y los propulsores auxiliares no bastan. |
La velocidad aumenta cada vez más acercándose a CEC (la velocidad de la luz). Un
cosquilleo intenso se apodera de vuestros cuerpos. La electricidad los baña; los
colma como agua torrencial. Pronto la humanidad completa, sobreviviente del
desastre terrícola, perece calcinada por la energía eléctrica que repleta las
naves hasta hacerlas estallar y perderse en la convergencia del quásar, semilla
de una futura galaxia.
FIN |