Estás convencido que no lograrían subsistir con las condiciones térmicas del planeta, sumadas a la gravedad tanto mayor que en la Tierra y los recursos escasos que parece haber, sobre todo contrastándolos contra la idea que tenés de los planetas más lejanos. Parten entonces nuevamente hacia el espacio exterior.

Están viajando a gran velocidad para llegar a Urano en dos días más; observás por una ventanilla las estrellas y las ves brillar demasiado. Cada vez aumentan más su luminosidad. Te duele la cabeza; comienza a nublársete la vista. Ves que los otros tripulantes caen a suelo, que se ve repleto de gente desmayada. Vos también te desplomás...

Han adquirido una enfermedad en Saturno: la enfermedad del sueño.

La flota entera se desplaza por inercia en la dirección que llevaban durante tres meses. En ese período de tiempo todos duermen sin despertar, sometidos a una disminución fuerte de la actividad metabólica que les permite conservar la vida.

Pasado ese tiempo, cada uno va despertando, con la boca muy seca y un hambre feroz. Tras alimentarse, recogen la información del laboratorio, que indica que han sido afectados por un estafilococo saturnino que, al parecer, no deja secuelas una vez que transcurrió el período activo de su manifestación clínica.

Al verificar los instrumentos para saber la ubicación actual, encontrás que se han alejado mucho ya de las órbitas uraniana y neptunina, y se acercan rápidamente a Plutón.

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